El vallado de fincas rústicas es un método habitual para delimitar las propiedades, que requiere cumplir con normativas tanto nacionales como regionales. La normativa de estos cerramientos varía dependiendo de cada comunidad autónoma, por lo que resulta imprescindible entender las leyes de cada zona a la hora de vallar una parcela.
A continuación, te explicaremos la normativa general sobre el vallado de fincas rústicas, los requisitos de las principales comunidades autónomas, y las distancias mínimas a respetar con respecto a caminos, arroyos y vecinos.
Normativa general sobre el vallado de fincas rústicas
En general, el vallado de fincas rústicas está regulado principalmente por la Ley de Montes, definiendo las condiciones generales para la edificación de cercas en áreas y terrenos rurales.
Esta normativa tiene como objetivo tener un equilibrio entre el aprovechamiento privado de la tierra y la protección de espacios naturales, como arroyos y parques naturales, así como caminos públicos. Aunque existen regulaciones básicas a nivel estatal, las normativas específicas pueden variar significativamente entre las comunidades autónomas.
Por lo general, es necesario obtener autorización de las autoridades locales (ayuntamiento del municipio, administraciones, etc.). Estos permisos pueden incluir especificaciones sobre el tipo de material, la altura del vallado y su impacto ambiental, y también la distancia a caminos y arroyos.
Requisitos de vallado por comunidades autónomas
Castilla y León
En Castilla y León, los dueños de terrenos rústicos necesitan conseguir una licencia municipal antes de iniciar el vallado. La normativa exige que el vallado se sitúe a una distancia mínima de las vías públicas, dependiendo del tipo de camino (rural o principal). Además, se requiere que las cercas no obstaculicen el tránsito de la fauna local, especialmente en zonas de paso de animales migratorios. Por ejemplo, en zonas cerca de la red natura (zonas ZEPA y LIC) hay que tener en cuenta el impacto ambiental que pueda ocasionar.
Por norma general, dejando una distancia superior a los 3-5 metros de distancia a los caminos es suficiente, aunque en muchas ocasiones es menor.
Andalucía
En Andalucía, también se necesita una autorización previa para vallar terrenos rústicos, que varía según el municipio. La distancia mínima a caminos públicos es una de las regulaciones más rigurosas, y se debe respetar para asegurar el acceso libre. Además, en ciertas áreas de la región, los propietarios deben demostrar que el vallado no afecta a los ecosistemas cercanos, como las zonas húmedas o las áreas de importancia medioambiental. En Andalucía es necesario dejar 8 metros de distancia a caminos principales y 7 metros si son caminos secundarios.
Cataluña
Cataluña cuenta con regulaciones concretas que rigen el vallado de propiedades rústicas, poniendo especial atención en la salvaguarda del paisaje y el ambiente natural. Es imprescindible conseguir el permiso de la Generalitat para edificar cercas en zonas rurales. Además, las distancias mínimas a caminos y vías peculiares deben ser respetadas, y los cercados deben ser diseñados de manera que no impidan el paso de animales o personas.
Distancias de vallado a caminos públicos y arroyos
Las distancias mínimas para el vallado de fincas rústicas son un elemento crucial en la regulación. En términos generales, las distancias deben asegurar el libre paso por caminos públicos y salvaguardar los ecosistemas cercanos, como ríos y arroyos.
En general se establece que el vallado debe alejarse al menos 1,5 metros de los márgenes de arroyos y corrientes de agua. Para los caminos públicos, las distancias mínimas suelen ser de 3 a 5 metros, en función del tipo de camino. Distancias recomendables:
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- Autopistas y autovías: Distancia mínima de 8 metros.
- Carreteras convencionales: Distancia mínima de 3 metros.
- Carreteras de red comarcal: Distancia mínima de 3 metros.
- Carreteras de red local: Distancia mínima de 2 metros.
El cumplimiento de estas distancias es crucial para evitar multas por vallar terreno rústico.
