La segregación de una finca rústica es el proceso legal por el cual se puede dividir una parcela rústica en dos o más parcelas independientes. Este procedimiento es común en situaciones como herencias o ventas de terrenos, ya que consiente en separar una finca en partes que puedan gestionarse, venderse o transmitirse por separado. A continuación, te explicamos de manera sencilla los principales motivos por los que se realiza la segregación, la diferencia entre segregar o dividir una finca en dos y el proceso paso a paso para llevarla a cabo.
¿Por qué segregar una finca?
Segregar una finca es útil en diversas situaciones. Uno de los motivos más comunes es el reparto de una herencia, donde los herederos quieren dividir la propiedad en partes independientes para cada uno de ellos. También es habitual en la venta por partes de terrenos, cuando el propietario no quiere vender la finca completa, sino solo una parte.
Además, también se puede segregar un terreno rústico si se desea adaptar el uso de cada parcela a normativas locales que permitan su explotación de manera más eficiente. Un ejemplo de este cambio puede ser segregar la parcela para la construcción de edificaciones (naves agrícolas, balsas de riego, etc.) y el resto de las parcelas para tierras de cultivo (cultivo de trigo, pastos, etc.).
Este proceso permite gestionar cada nueva parcela de forma individual, con su propio registro y derechos de propiedad.

¿Cómo segregar una finca?: Proceso paso a paso
La segregación de una finca es un procedimiento relativamente sencillo, pero es necesario seguir un proceso legal que incluye varios pasos.
1 – Primero, debes solicitar una licencia de segregación ante el ayuntamiento Esta licencia municipal verifica que el terreno cumple con la normativa urbanística y medioambiental. Es importante que la solicitud de segregación cumpla con los requisitos determinados por las autoridades locales, ya que las normativas pueden variar según cada comunidad autónoma y región.
2 – Una vez obtenida la licencia, el siguiente paso es elaborar una escritura pública de segregación ante un notario, en la que se especificarán todos los detalles de la nueva división de la finca. Este documento es imprescindible para formalizar la separación de las parcelas.
3 – Finalmente, el último paso consiste en registrar las parcelas segregadas en el Registro de la Propiedad y el Catastro. Esto garantiza que cada parcela tenga su propio número de registro y pueda ser gestionada como una unidad independiente. A partir de este momento, cada parcela esta lista para ser vendida, alquilada o utilizada de forma separada.
Requisitos legales para la segregación de una finca rústica
La segregación de fincas rústicas está sujeta a una serie de requisitos legales. Entre los requisitos más importantes se encuentra el tamaño mínimo que debe tener cada parcela después de la segregación, el cual varía en función de la región y las normativas locales. En algunas zonas, puede existir un límite mínimo de hectáreas para evitar la fragmentación excesiva de terrenos agrícolas. Este limite suele ser superior a las 3 ha en secano y 0,25 ha en regadío.
Además, se requiere la inscripción en el Registro de la Propiedad y el Catastro, donde cada parcela resultante tendrá su propio registro individual. Además, la segregación debe cumplir con la normativa urbanística y medioambiental vigente, asegurando que la división no afecta negativamente al medio ni al uso permitido del terreno.
¿Es lo mismo segregar que dividir una finca?
Aunque a menudo se utilizan de forma intercambiable, y para definir la segregación se suele usar el término de división, segregar y dividir una finca no son lo mismo. Segregar implica dividir una finca legalmente, creando parcelas independientes que pueden ser vendidas o transmitidas por separado, con su propio título de propiedad y registro catastral. En cambio, dividir una finca puede referirse a una partición física o práctica sin que las parcelas resultantes adquieran independencia legal. En estos casos, la titularidad de la finca sigue siendo la misma, y las parcelas no pueden gestionarse de forma separada como sucede en la segregación.